En el día Internacional del coworking podría escribir un post identificando como gestora las ventajas y desventajas del coworking. Pero no, he decidido hablar de Espacio Arroelo, de sus alegrías y de sus avances. No se me ocurre mejor forma de celebrar este día que demostrando todo lo que hemos conseguido con esto y dando todas las gracias que corresponden.
En primer lugar gracias a nuestros coworkers por hacer de esto su casa:
A Marcelo Soneira por llegar aquí el primer día con su lista personal de propuestas a realizar en nuestro espacio y desde luego por hacernos reir de forma constante.
A Xoan Mariño por darse cuenta desde el principio de que éste era el sitio y el ambiente idóneo para comenzar su proyecto “Reset on” y por hacerme creer que todo es posible.
A Jose Touriño por tomarse con humor y paciencia nuestra web aún preliminar.
A Milos Calvin por entrar un día a las 5 de la tarde y decidir que éste era el sitio que estaba buscando a las 5.05 de esa misma tarde.
A Lucía Rodríguez por ser nuestra fan incondicional desde que todo esto empezó, ella sabe que es nuestro ojito derecho desde entonces.
A Patricia Couñago por recibirnos cada día con una sonrisa y una tarta de chuches de esas que siempre hemos querido que alguien nos regalase.
A Noemí Martínez por ser valiente y apostar por el coworking en un sector como el suyo en el que aún es difícil comprender esta nueva forma de trabajar.
A Raquel Pedrouso por apostar por el Espacio para crear su nuevo proyecto profesional y ayudarnos a generar nuestro equipo.
Y además de estos “nuestros valientes”, no puedo dejar de agradecer el apoyo a los que desde el principio nos habéis llamado a la puerta para querer formar parte de esto de una y otra forma. En especial a Diego Parajó, Desirée Vidal, Antonio Ron, Carmen Pernas, Carlos Gallardo, José María Lozoya, Alma Palomino, Marisa López, Manuel Hermida, Antonio Escudero, Juan Diego Pereiro (Wekco) … y muchos más.
Porque de todos ellos han surgido y se han puesto en marcha proyectos e iniciativas en los que nunca creí que pudiera participar por mi perfil profesional pero que te hacen crecer y crear y hacerte ver que puedes… Hablo de Estruming Days, Atlantica Experience, Clubs de conversación de inglés, talleres de todo y más… Desde solucionar nuestras dudas como freelance hasta saber vestir a nuestros perritos pasando por aprender a buscar trabajo con una sonrisa y a tomar las decisiones adecuadas o a conocer cómo enfrentarse a la tan temida protección de datos.
A mi familia, a mi madre por ser mi mejor comercial y por sus pasteles (para Marcelo porque le encantan y sin pasas para Lucía porque las odia,- cuidado mamá, Touriño empieza a hacerte sombra con sus brownies). A mi padre por montar y montar y montar muebles y sonrisas cada día a pesar de las tormentas pasajeras. A mi bro por creer en mí desde oriente y mandarme libretas que hoy ya están repletas de ideas (muchas suyas). A la familia whatsapea (chat familiar) que recibe nuestros éxitos y los valora y apoya. En especial a Lola Gamboa, mi prima y gestora y fundadora del coworking malagueño The Translation Factory y Educación digital que me trasmitió como nadie la pasión por esto y que cada día me sorprende con su capacidad para crear, innovar y divertirse.
Por mis amigos que, aunque hartos de escuchar la palabra «coworking», se alegran de nuestros éxitos y nos ayudan a superar los errores.
Porque miro hacia atrás y pienso en los cambios y circunstancias que me hicieron un buen día escribir en un foro de linkedin para saber si alguien en Pontevedra tenía interés en crear un coworking y me permitieron contactar con la que hoy es mi amiga y socia María Pierres. Porque apareciste en el lugar adecuado (La Tienda de Clara) en el momento justo (allá por el pasado febrero a eso de las 20.10, impuntual porque le lio un comercial de ACNUR) y con la energía perfecta. Para ti este post porque vaya equipo, porque una baja y la otra ayuda a subir, porque una se emociona en demasía y la otra sabe poner el freno, porque una crea y la otra ejecuta, porque una sonríe y la otra la acompaña partiéndose de la risa en el IKEA, porque una grita y la otra deja que se calme…
Por conseguir en definitiva ayudarnos a crear la mejor versión de Espacio Arroelo y en especial de mí misma. Por poder vivir este momento tan dulce y compartirlo con vosotros.
No sé a cuántos profesionales he nombrado en este post y que cada día nos acompañan en el Espacio… Va por ellos y por todo lo que nos queda por hacer… Alma y pasión de coworking…
Un saludo, África.
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