Hace ahora algo más de 30 años que una persona, tan importante en mi vida como es un padre, me comentó por primera vez la importancia de una sonrisa, y me solicitó, no sin antes subirme cariñosamente a sus rodillas, que tratase de reflejarla siempre en mi rostro…
Consideraba que todo el mundo merece ese regalo diario, y que ha de ser nuestra obligación ofrecerlo en todo momento, pues lo contrario sería un acto de egoísmo por nuestra parte. Generosidad en el trato hacia los demás, deseando en todo momento favorecer el buen humor, y la vida agradable al que nos rodea, pues nada hay ni debe haber que nos haga pensar que un mal gesto o agresión puedan aportar algo que sea constructivo a nuestra vida o forma de relacionarnos con los demás…
Debía tener unos 7 añitos cuando me lo dijo por primera vez, y yo , acostumbrada a reñir con el resto de niños, lo puse en práctica durante un día y …funcionó!
No era fácil, nada fácil, salir de la tentadora rutina de pensar en negativo, expresando abiertamente la envidia, los celos, la competitividad…tan presente en un niño. Aprendí, que los sentimientos, positivos o negativos, se podían controlar, manejar y redirigir, y que eso era bueno para nosotros y también para los demás.
Hoy todo esto lo veo en el día a día de un coworking.
Diferentes personas, con una historia laboral y personal detrás que deciden convivir y juntar sus experiencias para compartir gran parte de su día y sus vidas. Pura entrega. Unos manejan mejor sus habilidades sociales que otros, pero todos lo intentan y se esmeran en mejorar.
Algo que sólo puede ser alimentado por personas como África, esa personita que ha conseguido entrar ya en la treintena, y que ha llenado la vida de todos los coworkers, y sin duda de su socia, que no puede estar más orgullosa de ella y contenta de haberla conocido. Ella sí que consigue que, cuando sonríe, otros lo hagan con ella…y eso es demostración de una generosidad y empatía envidiables.
Hoy mi padre estaría contento, pues mi sonrisa, con tan buenos compañeros de viaje, es inevitable …
Feliz entrada en la treintena señorita África Rodríguez García.
María Pierres.
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