He aquí los motivos por los que acertar con la identidad visual es una parte fundamental de todo proyecto.
- Porque demuestra que le dedicas tiempo a lo que estás haciendo. Un proyecto cuidado, meditado, con muchas horas de trabajo detrás, necesariamente debe traducirse en una imagen planteada y ejecutada con el mismo mimo.
- Porque es la prueba de que tienes las cosas claras. Un buen logo es la traducción visual de tu idea, pone de manifiesto que sabes qué quieres hacer, y cómo, que has sido capaz de “conceptualizar”. Así, una buena identidad visual se traduce en seguridad.
- Porque aporta credibilidad (luego hay que demostrar lo que se promete!), y te permite posicionarte en tu ámbito.
- Porque deja claro a tus públicos que los conoces, que eres capaz de traducir tu mensaje en una imagen con la que puedan sentirse cómodos e identificados.
- Porque tu proyecto es tu bebé, con todo lo que ello conlleva. ¿Le pondrías a tu nene el primer trapo que encontraras en la cocina para salir de casa? Pues eso.
- Porque demuestra que tienes sensibilidad estética. Y seamos sinceras/os: ¿quién no preferiría trabajar con alguien cuyo buen gusto esté fuera de toda duda?
- Porque demuestra que das por hecho que tus públicos también la tienen. A estas alturas, ofrecer al mundo una imagen cuidada es, si nos ponemos, una cuestión de respeto.
- Porque dice mucho de ti. Como ocurre con tu forma de vestir, de caminar, de mirar… tu identidad visual es tu mejor carta de presentación (o al menos es la primera).
- Porque no es una frivolidad. Estamos de acuerdo en que una imagen muy currada no sirve de nada si el proyecto al que acompaña está vacío, pero ya es hora de que dejemos de lado esa idea de que “la imagen es sólo el adorno final”.
- Porque todo el mundo lo hace, así que, si queremos que nuestro proyecto juegue en la misma liga que los que tenemos como referentes, toca hacerlo con sus mismas reglas.
Un abrazo,
Lorena.
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