«Una parada en el camino» por Sabela Muñiz.

By 16/01/2015Blog

En este blog compartimos reflexiones de todos los que forman parte de nuestra comunidad.

Hoy es el turno de nuestra coworker Sabela Muñiz.

IMG_20150116_101440Soy de las que piensan que la vida es un viaje incierto lleno de experiencias que nos llevan a un complejo aprendizaje y a una inconsciente evolución.

Un largo trayecto en el que a veces avanzamos en solitario; otras, unimos nuestro rumbo al de más viajeros; y en ocasiones, hay quien decide acompañarnos.

Por mucho que queramos, el ritmo en nuestro caminar no suele ser constante, casi siempre influenciado por factores externos o internos que nos facilitan o dificultan el continuar.

En momentos de nuestra vida el camino se puede convertir en una cuesta arriba; un sendero peligroso lleno de curvas; una carretera con numerosos desvíos que nos llevan a perdernos; un cruce en el que no sabemos qué dirección debemos tomar; un agradable y tranquilo paseo por un hermoso lugar; una carrera excitante que suponga un desafío; una pista en la que poder coger impulso para despegar y volar…

Y sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, desconocemos el destino, hacia dónde avanzamos o a dónde queremos llegar.

Como todavía no se ha inventado un GPS que nos ayude y nos dé las directrices para orientarnos durante el complicado y largo viaje de nuestra vida, yo suelo buscar señales, indicaciones o preguntar a quién me encuentre en el camino.

Cosas tan simples como comprar un libro y que uno de sus consejos sea “rodéate de gente maja y profesional que sume”; o acudir al Culturgal en busca de inspiración y sin idea de qué era un coworking, y que de los numerosos coworkings que existen en Galicia, haya tenido la suerte de coincidir con el entusiasta equipo de Espacio Arroelo; han guiado mis pasos hasta este lugar.

Y ahora estoy aquí, haciendo una paradita en mi camino, disfrutando de este acogedor espacio y de las diversas e interesantes personas que he encontrado. Sin prisa, sin fecha de partida, pero con la intuición de que detrás de cualquiera de las numerosas puertas que hay en Arroelo, encontraré nuevas señales que me ayuden a emprender de nuevo el viaje.

Un abrazo,

Sabela.