Había escuchado de Monte Pindo que era un regalo de la naturaleza, un lugar cargado de energía, de historias y leyendas, El Olimpo Celta. La propuesta de nuestro coworker Dani Rodríguez para recibir el equinoccio de primavera, no podría haber elegido mejor sitio para celebrar ese momento de conexión con la naturaleza.
La primera sorpresa de la jornada fue encontrar a otras tres temerarias coworkers (Raquel, Ana, Mariem y yo Berta) dispuestas a levantarse a las cuatro de la madrugada para salir rumbo a Carnota, a la caza del amanecer a las 7 de la mañana. He descubierto hace poco el placer de disfrutar de nuevos paisajes al amanecer y os digo que engancha. A 120km de nuestra cama calentita y sin garantías de ver un rayo de sol o sin garantías de no acabar empapadas bajo la lluvia.
Toda la ilusión de la que nos había contagiado nuestro profe de Yoga Dani fue aumentando, cada roca que bordeábamos, cada parada para ver el paisaje que nos rodeaba… “Hicimos cumbre” en A Moa, a 627 metros de altura y tras casi tres horas de ruta. Después de compartir fruta, pan de espinacas, chocolate y anacardos, el recién formado mini equipo de las Ardillas se unió al grupo de excursionistas de la Asociación Monte Pindo Parque Natural. Y aprovechamos este post para recomendaros que os acerquéis al trabajo que están realizando la Asociación en defensa de este espacio natural.
El día estuvo nublado y no llegamos a ver los rayos de sol despuntar en el amanecer de la playa de Carnota, no llegamos a ver los montes de A Groba o el monte Faro, probablemente no hemos batido ningún record en tiempo de subida pero una vez más volvimos a confirmar algunas de nuestras convicciones en el ideario del Espacio de Coworking que compartimos:
Para DISFRUTAR con mayúsculas de la vida no necesitamos mucho más que lo que la propia naturaleza nos da y compartir el tiempo y nuestro espacio vital con gente maravillosamente generosa, competente y sensible… casi nada…
Un abrazo,
Berta.
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