Esta semana llevo días pensando en un caso especial con una clienta muy estimada a la que llevo tiempo “entrenando financieramente” (sí, como en el gimnasio) porque durante las primeras sesiones tratamos de establecer sus metas y no pude evitar que me venga a la mente esta pregunta: ¿Cuánto dinero necesitas para ser feliz?, titular que leí hace algunos meses en Forbes y no pude evitar darle vueltas.
Vivimos en una sociedad donde desde niños se nos fijan ideas hacia el dinero, sea porque es un bien y hay que “atesorarlo” o como una necesidad sin la que no seremos felices. Recuerdo que cuando era niña y me fijaba en algún juguete especialmente caro, nunca faltaba la frase “El dinero no crece en árboles”, y así nos vamos formando la idea del dinero y de lo necesario que es. Entonces empezamos a marcar el futuro con esa meta, vamos al colegio, estudiamos, trabajamos y trabajamos para tener eso… DINERO, y lo queremos para SER FELICES. ¿Pero realmente lo somos? Es verdad que los gastos no se pagan solos, pero acumular dinero por acumular no creo que nos haga felices, confundimos el medio con un fin.
En mi experiencia laboral, vi lo que se puede hacer con el dinero si se lleva una buena gestión, pero para gestionarlo primero hay que tenerlo, y tener lo que necesitamos. No todos necesitamos la misma cantidad, mientras más, mejor, es verdad y seguro ninguno de nosotros se pondrá triste si ganamos la lotería, pero hay una frase muy real que también me dijeron de pequeña “el tiempo es oro” y sí que lo es, creo que hay experiencias que vivimos que no cambiaríamos por todo el oro del mundo.
Entonces digo, dónde está la diferencia para saber cuánto dinero necesitamos para ser felices y me respondo EN LA META ESTÁ LA DIFERENCIA. ¿Para qué queremos el dinero?, puede ser unas vacaciones, ese máster que queríamos, una boda, nuestra jubilación, la primera casa juntos, etc. Eso es lo que nos motiva y lo que da valor a lo que hacemos. Es en este punto donde el dinero vuelve a su lugar, a ser una herramienta que nos lleve a la meta.
Decirlo es fácil y en hacerlo está la prueba, justamente para no hacerlo sólo es que mi trabajo es acompañarles en este camino hacia cumplir nuestras metas y aprender a tomar decisiones financieras del día a día que nos ayuden a llegar allí. Para empezar, esta semana les reto a encontrar la respuesta a una pregunta, no nos preguntemos cuánto necesitamos para ser felices, hoy preguntémonos ¿QUÉ SUEÑO QUIERO CUMPLIR CON EL DINERO?
Un abrazo.
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